Lo primero que hacemos es tomar contacto con el cuerpo entero, el estado anímico y la voz, ya que cómo se encuentre nuestro cuerpo y nuestra psique tiene un efecto inevitable en la voz. Y no podemos cambiar nada de lo que no seamos conscientes, por ello éste es un paso fundamental para empezar a cantar. Una vez que el cantante y el maestro son conscientes de cómo está el estudiante y de lo que necesita, se usan las herramientas conocidas para mejorar estas condiciones y prepararnos para un nuevo aprendizaje. 

Una vez listos para la aventura de la exploración, y según el momento de desarrollo y el estado del cantante, el maestro elije un ejercicio basado en la anatomía-fisiología para influenciar positivamente la voz. Con estos ejercicios damos la posibilidad a los músculos de aprender movimientos nuevos e inusuales en la voz hablada y en la vida cotidiana. Otro aspecto muy importante es que la persona pueda experimentar por si misma los movimientos necesarios para cantar, evitando confusiones con el uso de imágenes, de la imitación o de las palabras sugestivas del maestro. Se motiva al cantante a explorar y a ser consciente de las sensaciones que experimenta y del efecto que estos ejercicios y movimientos tienen en su voz. Si le gusta y lo acepta, se entrena para crear un nuevo hábito y así reforzar el reflejo entre cerebro y cuerpo de modo que con el tiempo estos ejercicios nos sean más necesarios. Para el Método Rabine®, la propia experiencia resulta indispensable para el desarrollo de la voz.

Estos mismos ejercicios se usan para cantar obras musicales y que sirvan de aprendizaje y sostén para los contenidos y desafíos musicales sea en el canto lírico como en el canto popular. Cada persona elije lo que le gusta cantar y junto con el maestro se crea un orden de complejidad para que el cantante pueda resolver los desafíos musicales siempre con una sensación positiva, de auto-confianza y de motivación.

Es muy útil si al final de la clase, el cantante tiene un cuaderno para escribir los ejercicios que hizo y lo que aprendió durante la clase. Esto no solo refuerza el aprendizaje sino que también da independencia a la persona para estudiar y organizarse para cantar fuera de la clase.